Nueva York.- Para Hillary Clinton, la esposa blanca de un expresidente blanco y poderoso, los fracasos políticos se llaman “Experiencia de Estado”.
Y esa “Experiencia de Estado” es su principal ventaja sobre el aspirante presidencial republicano Donald Trump.
La “experiencia” de Hillary comenzó cuando fracasó, como Primera Dama, intentado reformar el sistema sanitario, después, como senadora de Nueva York, nada memorable hizo.
Con Hillary como secretaria de Estado, nació el Estado Islámico, colapsaron Libia, Yemen y Siria, donde 400 mil muertos y varios años después, no se vislumbra salida. Asaltaron el consulado de Bengasi, Libia, y mataron al embajador J. Christopher Stevens. Terminada su gestión “extravió” 30 mil correos electrónicos; el FBI dijo que fue “extremadamente descuidada” manejando información secreta.
Con ese prontuario, Hillary es “la mejor opción” presidencial.
Y es cierto, porque no compite con un candidato coherente y decente, enfrenta a Trump, un ególatra prepotente.
Con Hillary enfrenando al “Cuco” Trump, podría ganar “por aclamación”, al menos, eso esperan sus estrategas.
Quien escoge su oponente no pierde.
Trump es un billonario íntimo amigo de los Clinton, que invirtió millones en sus campañas electorales.
Ivanka Trump y Chelsea Clinton son muy buenas amigas.
Trump defendió a Bill Clinton en sus múltiples escándalos sexuales, sólo criticó su mal gusto por “mujeres muy feas”.
Según la revista Newsweek, Clinton exhortó a Trump a tomar una “participación política más activa” dentro del Partido Republicano. Dos semanas después de esa conversación telefónica, en mayo del 2016, Trump anunció su candidatura, pero niega influencias de Clinton.
La élite política y económica, opuesta a Trump, apoya a Hillary.
Para garantizar el triunfo de una candidata horrorosa, con el prontuario de Hillary, basta enfrentarla a un candidato mucho peor con reputación de loco impulsivo y peligroso. Justo es reconocerlo: ¡Bill Clinton es un genio! JCMalone01@aol.com