Un año que toma sus maletas para despedir todo lo que fue, lo que pasó, y lo que ya solo forma parte del ayer. Fueron 365 días para ganar, perder, llorar y reír. Porque todo tiene su tiempo. Y cada página del libro de la vida es un proceso, un camino que todos debemos seguir, sin temor a fallar o a equivocarnos. A fin de cuentas: todo lo negativo trae recompensas, y no podemos aprender, si antes, no ensayamos. Vivir es eso: caer al suelo y ponernos de pie, nueva vez. Es la forma en cómo observamos todo lo que nos hace ser quiénes somos. Por lo general, andamos de prisa, o tan solo regalamos breves instantes de atención a aquellos que amamos. Aprovechemos los poquitos días que nos quedan para revalorizar.
Estoy segura de que algo importante alguien aportó a nuestra vida. Sea bueno o malo, no importa. Igual fuiste la pieza indicada en algún momento del rompecabezas de la existencia. Y demos gracias por la ayuda desinteresada.
Deseo que en este 2016 todo lo que dejamos a medias, se materialice. A fin de cuentas no existe mejor instante para empezar que un libro nuevo, en blanco. Millones de cosas hermosas para ustedes. Venturoso y próspero 2016.