New York.-Quienes huyen del Medio Oriente y el Norte de Africa a Europa, son refugiados de la política de Hillary Clinton como secretaria de Estado, aliada con varios gobiernos europeos.
Ella y varios gobiernos europeos bombardearon Libia, destruyeron su estabilidad política y, “liberados de la dictadura”, los libios huyeron del caos que llenó el vacío de poder.
Más de 400 mil libios se lanzaron al mar.
Hillary y los europeos financiaron a los rebeldes sirios contra el gobierno de Damasco. Debilitó al dictador sirio, y creó un vacío de poder que llenó el Estado Islámico. De libia salieron 400 mil, de Siria salieron más de cuatro millones, todos se tiraron al mar buscando salvar sus vidas.
Hillary produjo cinco millones de refugiados en tres años.
Ese es un balance inicial de su gestión ante el Departamento de Estado, sólo Dios sabe que pasará si llega a la Casa Blanca. Y la flamante aspirante presidencial demócrata, experta en crear vacíos de poder desgarradores, ni habla de la cuestión.
Algunos pueblos y gobiernos europeos padecen de amnesia colectiva, olvidaron cuando huían por sus vidas durante la Segunda Guerra Mundial.
Esto evidencia la fragilidad de la Unión Europea, ayer plantearon sacar a Grecia hasta que resolviera su problema financiero. Hoy pretenden no compartir la responsabilidad de admitir y acomodar refugiados.
Los xenófobos, ultraderechistas y neo-nazis de Europa comparan a los refugiados con las invasiones de los “bárbaros” que terminaron el Imperio Romano Occidental en el Siglo V.
Los refugiados, sin embargo, solucionarán un serio problema europeo. El viejo continente envejece, sus mujeres no están pariendo, Europa vive una seria implosión demográfica, necesita esos refugiados. Ellos cuidarán y limpiarán a los viejitos europeos, mientras sus descendientes trabajarán, tributarán y pagarán las pensiones de quienes los aborrecen.
La vida está llena de ironías.