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Nueva York.- Carlos Santana, el legendario guitarrista méxico-americano, dijo que su “amigo” el arcángel Metatrón le profetizó que los dioses lo retornarían a la cúspide de la música popular. Porque debía darle un mensaje al mundo, cantando las realidades del pueblo.
En 1999 Santana lanzó su albún “Supernatural”, denunciando las desigualdades económicas que los economistas definieron el “milagroso crecimiento económico ilimitado” de Bill Clinton.
Clinton redujo impuestos corporativos y desreguló la banca, iniciando la más brutal concentración de riquezas de los últimos tiempos. Santana, un artista profético, visionario y mensajero de los dioses, denunció lo que los políticos callaron.
La canción “María María” describe la crisis, con ella “buscándosela” en la esquina mientras el narrador recibe una notificación de desalojo.
“Paren los saqueos, paren los tiroteos y los carteristas en las esquinas, mira mientras el rico enriquece más, el pobre empobrece más”, dice la canción, luego añade, “las calles se están calentando y no hay agua para apagar este fuego”.
Santana vendió 25 millones de copias de Supernatural y retornó a la cúspide de la música popular.
Metatrón tenía razon.
En el 2011, Occupy Wall Street denunció la concentración de riquezas del 1% contra el 99% de la población. Bill de Blasio prometió reducir esas desigualdades y ganó la alcaldía neoyorquina.
El presidente Barack Obama acaba de “descubrir” las desigualdades económicas que Santana denunció hace 15 años y promete gobernar para reducirlas. Obama planteará “soluciones” al problema en su discurso sobre el Estado de la Unión, tratando de construir su legado histórico como luchador contra las desigualdades.
Los estadounidenses ven las desigualdades como un serio problema que demanda soluciones. Los demócratas las denunciarán para ganar las elecciones congresuales de noviembre y las presidenciales del 2016. Acabar las desiguladades económicas puede ser la nueva promesa que los políticos nunca cumplirán.