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Nueva York.––Al Príncipe Felipe lo internaron con cistitis, y esa fue la mejor noticia en Europa, porque no deslució el jubileo del 60 aniversario del reinado de s esposa, la Reina Isabel. Hoy lo inimaginable es inevitable y lo imposible es realidad europea.
Nuestra Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana naufraga en escándalos abominables. El ex jefe del banco del Vaticano temiendo ser “suicidado”, responsabilizó a cardenales, politicos y empresarios italianos de su vida. Su antecesor se “suicidó”. El Papa Benedicto XVI intenta una santísima distracción de la pedofilia y corrupción, regañándo monjas por sus opiniones sexuales. Los sacrílejos “Vatileaks”, filtraciones vaticanas, asemejan el papado de Benedicto XVI al de los Borgias. Ocultando asesinatos, pedofilia, incestos, robos, y otras sacrosantas, reverendísimas y pontificias tropelías.
Ayer Grecia exportó democracia, hoy bancarrota. Desde julio los griegos asumirán la bancarrota nacional. Y, como la democracia y otros mitos griegos, contagia a Europa.
España asume su bancarrota nacional, la eurozona rescatará bancos españoles con $125.000 millones. El Euro parece vivir su hora 23, los últimos 60 minutos corren como segundos. En Europa lo que tiene apoyo popular carece de sentido económico y lo que tiene sentido económico carece de apoyo popular.
Aquí Obama admite que si colapsa Europa cae la economía estadounidense, eliminándo sus posibilidades reeleccionistas. Aumentaremos el encaje legal para encarar “cualquier eventualidad”. El impacto de la crisis financiera europea asusta al mundo. La inminente temporada ciclónico-financiera se augura bastante activa.
“Joder” diría Juaco, mi amigo español, “que resuelvan los políticos, que trabajen algún día”. Los muy civilizados europeos decidieron ignorar la cuestión concentrándose en lo esencial, importante y trascendental: la Eurocopa de Fútbol, con 17 posibles perdedores.
Tenemos buenas noticias: el Príncipe Felipe sanó y, más importante, la Reina Isabel quedó muy satisfecha con sus súbditos y el Jubileo.