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Nueva York.-Mientras nos acercamos al desenlace final en la historia del oftalmólogo dominico-estadounidense, Salomón Melgen, su caso ilustra con claridad, cómo la corrupción destruye todos los sistemas políticos. Según The New York Times, Melgen usaba un vial de Lucentis, un medicamento para la degeneración macular, en cuatro pacientes. Luego cobraba cuatro medicamentos completos así, en el 2012 solamente, cobró $21.0 millones, él fué quien más dinero recibió del Medicaid.
De ese botín, Melen le donó más de $700.000 a la campaña del senador demócrata de New Jersey, Robert –Bob- Menéndez. Luego Menéndez llama al jefe del Medicaid para quitarle de encima los investigadores a Melgen. Menéndez después vuela a República Dominicana, en el jet privado de Melgen, gestionándole unos $1.500 millones para instalar aparatos de Rayos X en los puertos dominicanos.
¿Para quién trabaja Menéndez?.
Como Melgen, cualquiera puede ejercer su “libertad de expresión”, literalmente “comprando” varios senadores que lo defiendan.
Melgen, según la última sentencia de la Suprema Corte de Justicia, no “compró” influencias políticas, ejerció su “libertad de expresión”, donándole $700.000 a la campaña de Menéndez.
Otro médico dominicano, el doctor Rafael González Pantaleón, fue condenado en 1996 por cobrarle irregularmente unos $25.0 millones al Medicare. Salió bajo fianza, le pusieron una tobillera para localizarlo, se la quitó, se fugó a Santo Domingo, y el entonces presidente Joaquín Balaguer lo protegió. Luego el ex presidente Leonel Fernández lo entregó, enviándolo a una misión diplomática al extranjero donde la Interpol lo esperó y arrestó, hoy está en una cárcel federal.
Hace poco el FBI allanó la oficina de Melgen, llevándose varios camiones de papeles.
Aquí los investigadores suelen “filtrar informaciones”, preparándo a la opinión pública antes de presentar sus acusaciones formales.
Aunque la historia de Melgen sigue en proceso, parece que él no terminará libre y sonriente.