Jcmalone01@aol.com
Nueva York.––Charlie Rangel, el venerable legislador de Harlem, defiende más a los dominicanos que el senador estatal Adriano Espaillat. Tiene 82 años y 41 en el Congreso defendiendo vertical e intransigentemente los Derechos Civiles de todas las minorías. Los republicanos intentaron picotearlo, pero el presidente Barack Obama personalmente lo salvó.
Viejo, enfermo, cansado y herido, Charlie intenta reelegirse para retirarse con honores. Entonces Espaillat, a quien Charlie le dió más que Juan Bosch a Peña Gómez, lo desafía con oportunismo y deslealtad. Sólo las hienas, y Adriano Espaillat, atacan compañeros heridos, exhibiendo un repugnante canibalismo político, una desalmada miseria espiritual.
Espaillat tiene unos 20 años como legislador y “demanda” nuestro voto “porque es dominicano”. Pedro Santana también, y vendió la patria. Espaillat se vendió a los caseros que financian su campaña y desalojan masiva e impunemente a los dominicanos de Washington Heights. Espaillat, vendido a los dueños de Yellow Cab, bloquea a los taxistas gitanos dominicanos. Convirtió el fondo de compensaciones para taxistas en una especie de “Seguros Pepín” donde todos pagan pero nadie nunca recibe nada.
Espaillat y el concejal Ydanis Rodríguez, “líderes patriotas dominicanos” apoyaron a un blanco, Mark Levine contra Guillermo Linares, pero no “traicionaron”.
Con el apoyo abierto del gobierno, la oposición y empresarios dominicanos, Espaillat solo obtuvo unos 15 mil votos, de 110 mil votantes dominicanos registrados. Y los dominicanos votan, unos 80 mil votaron por Obama y cerca de 60 mil por Hipolito y Danilo. La mayoría sabe que Espaillat nunca nos representó. Enviaremos un dominicano a Washington, pero no debe ser Espaillat.
Charlie marchó con Luther King defendiendo nuestros derechos civiles. Cambiarlo por un sujeto como Espaillat, sería un pecado mortal contra Dios, la historia y ésta gran nación. Y, como diría el inmortal Luis Terror Díaz, “eso no se hace”.