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Nueva York.––El gran Mahatma Gandhi, armado con la no violencia y la desobediencia civil coordinada y sostenida, derrotó el colonialismo inglés. Hoy esas armas las usa Anna Hazare y otros activistas contra la corrupción que propician los descendientes de Gandhi en la India. En Grecia estallaron protestas contra los politicos que convirtieron la democracia en una cleptocracia, se lo robaron todo y dejaron el país con un gran “deficit fiscal”.
Vivimos un levantamiento mundial contra la corrupción superior al latinoamericano de los 80, cuando arrestaron los ex presidentes dominicano Salvador Jorge Blanco y venezolano Carlos Andrés Pérez. Entonces, Fernando Collor de Melo fue destituido en Brasil, Carlos Salinas de Gortari huyó de México. Hoy Carlos Menem, o está preso, lo busca un fiscal argentino, y Alberto Fujimori se pudre en una cárcel peruana.
En Europa también, Nicolás Sarcozy y Silvio Berlusconi, en Francia e Italia, enfrentan posibilidades de cárcel por corrupción. En Colombia y Brasil destituyen y arrestan funcionarios corruptos.
Las protestas dominicanas contra Leonel Fernández son parte de éste levantamiento pacifista global. El procurador general dominicano, Francisco Dominguez Brito, dice que “quien fue hombre para robar también debe ser hombre para ir a la cárcel”.
El ex juez español Baltazar Garzón propone declarar la corrupción como crimen transnacional, para que los corruptos no tengan lugares para huir. La corrupción debe declararse un crimen contra la humanidad y algunos corruptos juzgados por homicidios masivos. Robarse el dinero de construir una clínica, es matar a quienes necesitan atenciones médicas en esa zona específica.
Se globalizó la revolución contra la corrupción como ayer ocurrió contra el colonialismo, la opresión y las dictaduras. Ningún político corrupto escapará comprando voluntades prostituidas con dinero robado. Hoy nadie tolera que un grupito de políticos ladrones enriquezca a costas nuestras pobrezas, estamos cansados, basta ya.