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Nueva York.- Para atacar a Siria el Presidente Barack Obama usa argumentos gastados, informaciones cuestionables y medias verdades, prometiendo una extrañísima “guerra feliz”, sin contra ataques, muertos ni consecuencias.
En 1993 guerrilleros descalzos, con palos, piedras y lanza granadas, derribaron un helicóptero Black Hawk, en Somalia. El gobierno y los rebeldes sirios tienen mejor preparación y armamentos que los somalíes, cualquier cosa puede pasar. De las guerras siempre sabemos quién, cuándo y cómo la empezaron, pero nadie sabe como ni cuando terminarán.
Aunque Obama niegue que planee enviar soldados a Siria, su secretario de Estado, John Kerry casi lo asegura. Kerry dijo en el Senado que enviarán soldados si “siria implosiona”, algo bastante posible como consecuencia del ataque. También para prevenir que las armas de destrucción masiva caigan en manos de “los peores elementos”.
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La verdad” me recordó el viernes el doctor José Ramón González Pérez, “es la primera víctima en todas las guerras”. Siria no será la excepción, las guerras estadounidenses se arman con mentiras y manipulación.
Washington dijo que España atacó al destructor USS Maine en Cuba en 1898, lanzando la guerra que destronó a España; todo fue mentira, España nunca atacó. En 1964 acusaron a los vietnamitas de atacar al destructor USS Maddox y Washington atacó Vietnam. El presidente Lyndon B. Johnson luego dijo que la verdad era “muy diferente” a esa versión. George Bush padre mintió diciendo que Irak invadiría Arabia Saudita interrumpiendo el suministro petrolero, iniciando la primera guerra del golfo; Bush hijo armó la segunda con puras mentiras.
Camino a Damasco Pablo se transformó, de matón a primer apóstol del cristianismo, y Barack Obama se transforma, de pacifista Premio Nóbel de la Paz, en guerrerista. Obama, el guerrero renuente, tomó el irreversible camino a Damasco, acompañemos al Papa Francisco, oremos por la humanidad.