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Nueva York.-En el 2011 vivimos levantamientos contra las desigualdes económicas y la corrupción política, hoy vivimos otra crisis migratoria. Los naufragios en las costas de la isla italiana de Lampedusa, en Mediterráneo, y los arrestos en las costas de Puerto Rico, en el Caribe, son ejemplos. Aumenta el maltrato contra los gitanos en europa y una draconiana interpretación constitucional dominicana desnacionalizó a cientos de miles de personas.
Los inmigrantes del mundo somos más de 200 millones, en población seríamos la quinta nación del planeta. Nuestra mano de obra barata garantiza el crecimiento económico de las naciones que nos reciben. Nuestras remesas financian la estabilidad económica, social y política de nuestros países natales.
El presidente Barack Obama tiene una oportunidad única de restablecer parte del prestigio estadounidense perdido, asumiendo una posición de liderazgo mundial con la inmigración. La nación de inmigrantes, debe fijar el ejemplo mundial.
Obama empujar una reforma coherente porque los republicanos están a la defensiva, no podrán bloquearlo.
Para mantener alguna relevancia en el 2016, muchos republicanos apoyarán la reforma migratoria. El Tea Party mantendrá su fundamentalismo ultraderechista, obligando a los republicanos moderados a cerrar filas con Obama. Los radicales demostrarán que ciertamente hay poca diferencia entre Obama y la dirigencia republicana.
Un grupo republicano apoyará la reforma de Obama para mejorar su situación política e imagen pública. El otro se radicalizará más y se hundirá bloqueándola.
Obama no debe permitir que los racistas neonazis, europeos y dominicanos, fijen las normas mundiales para la migración.
Su reforma sanitaria danza al borde del fracaso, los republicanos mataron la mitad, la otra no despegó, así va esa cuestión. Su único posible legado importante será fijar la nueva tendencia mundial para la migración, liderando con ejemplos.
Con los republicanos divididos y a la defensiva, reforma migratoria pasará, ¡ahora es!.