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Nueva York.-El lunes el presidente Barack Obama nominó a Tom Pérez, hijo de inmigrantes dominicanos, como secretario de Trabajo. Se demostró que el talento dominicano, educado y disciplinado puede llegar lejos.
El martes vino la gran noticia.
“República Dominicana gana invicta el Clásico Mundial de Béisbol”, ese titular del diario El Espectador, de Bogotá, Colombia, lo resume todo.
Demostramos que trabajando en equipo, con seriedad y disciplina, combinando el talento con el entrenamiento, somos los mejores del mundo.
Cuando creíamos que habíamos llegado al climax del orgullo por el triunfo individual de Pérez, estallamos en un orgasmo colectivo con el invicto del Clásico Mundial.
Nuestros triunfos, individuales y colectivos, son de personas ordinarias, como nación crecimos, nos sentimos orgullos de nosotros mismos, del dominicano común y corriente, vulgar y silvestre.
Pérez, un hijo de inmigrantes, financió sus estudios universitarios con préstamos y trabajando como recogedor de basura. Los peloteros son tipos ordinarios con talentos extraordinarios, mucha disciplina y práctica constante, son hijos de dominicanos humildes.
Nuestro presidente es un hombre humilde, y luce genuinamente enfocado en en resolver la mayor cantidad de problemas nacionales que pueda. El presidente Danilo Medina se comporta como un dominicano común, sólo su empleo lo diferencia de nosotros. No usa fondos públicos para falsificarse una imagen de genio intelectual y estrella del rock político internacional.
Esta semana el presidente Medina presentó su Plan de Seguridad Ciudadana. Como nos unimos apoyando nuestro equipo en el Clásico Mundial, debemos apoyar este plan para vencer la delincuencia. Como vencerá Pérez, por encima de la oposición de algunos republicanos, cuando sea confirmado por el Senado.
Estamos ante un serio problema común, la solución somos todos, vivimos un gran momento dominicano, unidos derrotaremos la delincuencia, construyendo la sociedad que todos aspiramos y merecemos.
No dejemos caer la bola.