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Nueva York.-Aprovechando el 9-11 Dick Cheney, entonces vicepresidente, formó un gobierno secreto. Sus secretos funcionarios ejecutaban misiones ultrasecretas supervisadas por cortes secretísimas autorizando en secreto, todo lo que a Cheney le diera la gana.
Secretamente, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) registra todas nuestras rutinas, e invierte $1,200 millones en un almacén secreto cerca de Salt Lake City, Utah. Almacenará todos nuestros secretos en cinco trillones de gigabytes.
Tienen más secretos que todas las masonerías del mundo, ningún humano puede analizar tantos datos, sólo pueden las computadoras, ellas analizan nuestros secretos y distribuyen la sospecha.
Durante el Maraton de Boston los hippies estaban “bajo vigilancia anti-terrorista”, las computadoras los señalaban como “sospechosos”. Sangriento error.
La “inteligencia” quedó reducida a unos espías alimentando computadoras que analizan datos y toman decisiones que los espías ejecutan; sin secretos, lo confieso: esto me da “estirikitos”.
Parece calcado de “1984” la novela de George Orwell, escrita en 1947, que resurguió como “bestseller”.
Las leyes inglesas y estadounidenses prohiben que sus espías espíen a sus compatriotas, ellos resolvieron eso. Los estadounidenses espían a los ingleses, los ingleses a los estadounidenses, luego se intercambian las informaciones.
Edward Snowden le filtró la historia del espionaje al diario británico The Guardian, y huyó a Honk Kong. Snowden y Julián Assange, de Wikileaks, son “prófugos internacionales” la justicia estadounidense, acusados de revelar secretos, promoviendo la transparencia.
Estos secretos, dice el Presidente Obama, como decía Cheney, garantizan nuestra seguridad, debemos creer y callar, pero según Herman Hesse, “hay que preguntar siempre, hay que dudar siempre”.
Desconfiemos del gobierno, los politicos controlan el gobierno, confiar en el gobierno es entregarse a los politicos.
Políticos mentirosos, espías inescrupulosos, cortes secretas y secretísimas sentencias; caimos prisioneros de miedos, sospechas y secretos, vivimos secretamente, escondidos, éramos una “sociedad abierta”, somos una “sociedad secreta”.