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Nueva York.-La Administración de Barack Obama se defiende de espiar periodistas, hostigar impositivamente a opositores y mentir sobre el ataque al consulado estadounidense en Bengazi, Libia del 2012. Lo de Libia busca culpar a la enteonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, para descalificarla como candidata presidencial.
El Impuesto sobre la Renta (IRS) investigando y hostigando organizaciones políticas es más complicado. Esas organizaciones, controladas por derechistas, pasaron de 2,000 a 20,000 en cuatro años, ese aumento podría lucir sospechoso. La investigación impositiva devino en una cacería ideologica, espiando qué sitios de internet visitaban y qué leían sus miembros.
Esto, y el espionaje de los periodistas de la agencia noticiosa Prensa Asociada, son escalofriantes, el gobierno tiene demasiado acceso a nuestros datos personales. Los periodistas trabajaron en una historia sobre un fallido intento de Al-Queada de estallar un avión. Alegando que quien filtró la información puso en riesgo “al pueblo estadounidense” espiaron a estos periodistas. Pero el asesor anti-terrorista de Obama, John Brennan, le dijo al Congreso que eso “nunca representó peligro”.
Ahí Obama tiene mal testimonio.
Desde 1917 hasta el 2008 sólo habían sometido a la justicia a tres funcionarios públicos por “espionaje” cuando filtraron informaciones a la prensa. Obama lleva cinco sometimientos en menos de cinco años.
Lo del IRS y espiar periodistas tienen precedentes horribles, terribles, no buenos, muy malos para Obama, igualándolo con Richard Nixon. Nixon ordenó que el IRS hostigara y espiara a 1,000 personas y 4,000 organizaciones de sus oponentes políticos. Nixon también espió periodistas por informaciones filtradas.
Algunos segundos períodos fueron catastróficos: Nixon renunció por Watergate, Clinton tambaleó con Mónica, y Bush tuvo el colapso financiero.
“Nunca segundas partes fueron buenas” escribió Cervantes empezando la ignota segunda parte del Quijote, determinadas reelecciones lo confirman. El segundo período de Obama recién empieza, falta todo.