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Nueva York.-El cinismo es una parte muy importante del periodismo.
Los periodistas con muchos años de ejercicio no creemos en nadie, ni en nosotros mismos, pero algo en lo que no creemos bajo ninguna circunstancia: los gobiernos.
Malasia está gobernada por una monarquía constitucional, controlada por el mismo partido desde hace 50 años. La cantidad de mentiras y falsedades que se levantan en medio siglo de ejericio del poder son increibles.
La misteriosa desaparición del Boeing 777, vuelo 370, de Malasia Airlines es digno de estudios. El gobierno dijo que la nave despareció sobre el Golfo de Tailandia, al norte del Ecuador, y ahí estuvieron buscándolo durante varios dias.
Luego salió a relucir que el mismo gobierno contactó al avión mientras viajaba hacia le Océano Indico sur. Mientras la búsqueda continuaba al norte, el gobierno sabía pefectamente que la nave viajaba al sur del Ecuador.
¿Por qué hicieron eso?
Todavía el gobierno no ofrece ninguna explicación de esa desinformación.
Entonces el gobierno convocó al parlamento informarle de la situación, pero solo se le permitió entrar a los parlamentarios del partido de gobierno. ¿Qué cosa tenía ese informe que el gobierno no quería compartir con la oposición?.
En Malasia se hicieron las reuniones para planficar los ataques del 9-11. Ahi estudiaron los puntos débiles de la aviación civil para secuestrar y estrellar los aviones contra el Pentágono y las torres gemelas de Nueva York.
Con el 370 descubrimos que nuestros sofisticados sistemas de comunicación satelital no rastrean las aeronaves como uno creía que lo hacían, aquí también vemos nuevos puntos débiles.
Con abundantes teorías de qué pudo haberle pasado al 370, mi cínico olfato periodístico me dice que es mejor esperar resultados concretos, y prepararnos para posibles sorpresas. Donde un avión desaparezca sin dejar rastros, cualquier cosa puede pasar.