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Nueva York.-Más de 10 mil Organizaciones No Gubernamentales invierten millones “combatiendo la pobreza” en Haití, pero solo acabaron la de quienes administran los fondos en las naciones donantes.
Después del desvastador terremoto del 2010 le prometieron tanto dinero a Haití, que designaron a Bill Clinton como “administrador fiduciario y pro-cónsul” en Puerto Príncipe. Esperando los desembolsos, llegó el cólera, después dos huracanes destruyeron la agricultura haitiana.
El FMI confirma que en el 2010, 2011 y 2012 Haití recibió menos ayuda internacional que antes del terremoto. Petrocaribe, su única buena noticia, cuelga de la incierta salud de Hugo Chávez.
En una nación devastada por terremotos, epidemias y ciclones, sin agricultura ni alimentos, con poco apoyo internacional, sucedió lo que tenía que suceder.
De estado deficiente, Haití pasó a ser un estado inexistente.
Aquel dinero nunca llegó, Clinton huyó y Estados Unidos pide que sus ciudadanos no visiten Haiti por la inseguridad general. El MINUSTHA, la fuerza militar internacional, dice que más de medio millón de haitianos necesita ayuda alimenticia “urgente”. En Haití no pasa el tiempo, sólo empeora la situación.
A la explosiva situación interna dominicana se le sumará la haitiana. El Presidente Danilo Medina necesitará el pulso de un cirujano excelente y la creatividad de un artista extraordinario para manejar esto.
Los nativistas, neofacistas y racistas disfrazados de nacionalistas no deben dirigir nuestras relaciones con Haití, nadie los eligió. Medina sera el único responsable de lo que haga su gobierno.
El mundo se burló de Haití, y nosotros pagaremos las consecuencias, admitámoslo: la isla es una e indivisible. El cólera lo confirmó. Estamos atrapados, nadie abandonará la isla.
No podemos separarnos de ellos, ni asumir todos sus problemas, ni darles la espalda. Los grandes líderes crecen ante grandes dificultades, ésta será una gran oportunidad para el Presidente Medina