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Nueva York.- La audiencia especial que el Papa Francisco le concedió al Presidente Danilo Medina, puso en evidencia que además compartir opiniones, las dos figuras enfrentan situaciones extraordinariamente similares.
Francisco es el primer Papa no europeo, argentino, del profundo Sur sudamericano, Danilo es el primer presidente no cibaeño ni descendiente de cibaeños, del sur profundo dominicano.
Francisco asumió el papado con una iglesia corroída por la corrupción y la pedofilia, le exigen correcciones inmediatas.
Danilo asumió la presidencia de una nación corroída por la corrupción y la delincuencia, le exigen correcciones inmediatas.
Francisco y Danilo no son responsables de esos males, ni tienen el poder para resolverlos de un plumazo.
Francisco gobierna a la sombra del “Papa Emérito” Benedicto XVI, él es parte del “establishment” Vaticano, Benedicto ocultó y justificó la corrupción y la pedofilia durante años.
Danilo gobierna a la sombra de Leonel Fernández, un“Presidente Emérito”, Leonel movió la nación de la corrupción generalizada a la prostitución y la delincuencia institucionalizada. Leonel controla el gabinete, la vicepresidencia, los poderes legislativos y judiciales.
Los católicos apoyan a Francisco mientras construye su propia base de poder para cumplir la misión que le encomendaron.
Los dominicanos deben apoyar a Danilo mientras construye su propia base de poder para cumplir la misión que le encomendaron.
Francisco y Danilo son hombres genuinamente humildes, interesados en reducir las desigualdades económicas y sociales; son populares por sus acciones, sin manipulaciones mediáticas ni encuestas.
Francisco no se cree “representante de Dios”, se confiesa pecador buscando perdón. Danilo no se cree rey, actúa como un auténtico servidor público. Nunca hubo tanta humildad en el El Vaticano ni el Palacio Nacional.
La oposición está dividida y no ofrece alternativas viables.
Apoyando a Danilo salvamos la democracia de reconcentrar el poder en Leonel, para implantar su nefasto neo-autoritarismo disfrazado.