J.C. Malone
JCMalone01@aol.com
Nueva York.-La reunión entre el presidente Donald Trump y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, está fijada para el 12 de junio próximo en Singapur. Entonces John Bolton, el Asesor de Seguridad Nacional de Trump revela que la estrategia en Corea será usar el “Modelo Libia”, desarme y asesinato del líder desarmado.
Un, el líder coreano, responde retrocediendo unos cuantos pasos.
A ese movimiento Trump responde retrocediendo más, anunciando que cancela la reunión por la actitud “agresiva” de Un.
El viernes Un llamó Moon Jae-in, el líder de Corea del Sur, pidiendo una reunión urgente, se reunieron el sábado. Luego In, anuncia que Un está comprometido con desnuclearizar toda la península, que sólo pide garantías de seguridad.
Trump luego anuncia la reunión de Singapur sigue vigente.
Recordemos que hasta hace poco la agresividad y el arsenal nuclear de Un, eran la principal amenaza a la seguridad mundial, pero ahora es un ferviente pacifista.
Para entender la repentina conversión de Un, de guerrerista a pacifista, basta recordar que con frecuencia, cuando intentaba lanzar misiles, muchos le explotaron en las narices. Esa cadena de fracasos llegó a su clímax en septiembre pasado, tras varias explosiones, su laboratorio nuclear colapsó. Entonces Un tuvo una epifanía, entendió que no tenía con qué amenazar a nadie, convirtiéndose al evangelio pacifista.
Un invitó a varios periodistas para presenciar unas explosiones en una colina para “clausurar la enterada” de los túneles que van a sus laboratorios nucleares. En realidad Un no quería impedir la entrada de nadie, intenta impedir la salida de radiaciones del colapsado laboratorio.
Un, quien mató a su tío, a su hermano, y amenazaba al mundo, degeneró de bravucón a llorón.
El repentino y radical pacifismo de una busca que le perdone la vida, falta ver, ¿lo perdonará Trump?
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